Tengo 16 hermanos, dijo el pequeño de 12 años aproximadamente, y soy el cuarto añadió. Su papá es pastor y viven en una comunidad por los ríos. No es extraño encontrar numerosas familias en la selva, es muy común. Solo que este pastor tuvo sus hijos con la misma mujer. Usualmente la gran cantidad de mujeres tienen muchos hijos pero de muchos hombres. Cuando este ya no desea hacerse responsable, buscan a otro, vuelven a tener hijos y así sigue la cadena. Los niños aprenden a ser responsables desde muy temprana edad y son muy maduros, ya que son los encargados de cuidar a los más pequeños, cambiarlos, alimentarlos, lavar la ropa, etc...
Lamentablemente los niños medio abandonados por sus madres y padres, ha promocionado una nueva área de turismo en la ciudad de Iquitos y alrededores, el turismo sexual. Y la falta de responsabilidad de los padres ha generado que muchos pequeños sean víctimas de abusos sexuales por parte de sus padrastros. El área sexual es muy fuerte, se dice que estos pueblos de la selva son "calientes" y de verdad lo son.
Lamentablemente los niños medio abandonados por sus madres y padres, ha promocionado una nueva área de turismo en la ciudad de Iquitos y alrededores, el turismo sexual. Y la falta de responsabilidad de los padres ha generado que muchos pequeños sean víctimas de abusos sexuales por parte de sus padrastros. El área sexual es muy fuerte, se dice que estos pueblos de la selva son "calientes" y de verdad lo son.
Al campamento también asistió una adolescente con el pelo muy cortito casi rapado, al preguntarle quien le cortó el cabello, ella respondió que su mamá porque a ella le gusta andar en los bares. Esta niña de 13 años ya estaba prostituyendose hace bastante tiempo y una pareja de misioneros la ha acogido junto a muchos más chicos abriendo una casa para ellos, una labor dura, muy difícil, pero el deseo es transformar vidas a través del evangelio. El dinero llega fácil a ellos a través del turismo sexual, y el dinero es lo que más necesitan para mantener a sus familias, a sus hermanitos.
No es lo mismo oír historias contadas por adultos que oirlas de los propios niños, no hay nada tan doloroso como escucharlos contar sus historias tan calmadamente como si el dolor, el maltrato y el abuso fuera algo tan común. Están acostumbrados a vivir con ellos, son su pan diario. ¿Cambiará esto algún día? Mi oración es que así sea.
Haz algo Señor, no te olvides de tus pequeñitos.
Haz algo Señor, no te olvides de tus pequeñitos.